lunes, 24 de febrero de 2014

Cambios científicos y tecnológicos en el siglo XIX


Es un siglo de transición en relación con la ciencia la tecnología en el que se producen grandes avances y en el que surge una nueva cosmovisión o interpretación general de lo que es nuestra naturaleza física y nuestro mundo. 

Se produce una evolución del pensamiento humano en general, ya que gran parte de las ideas y concepciones modernas en términos filosóficos, económicos, sociales y políticos surgen con fuerza. Además con las revoluciones burguesas, llevaron a la potenciación del nacionalismo y el imperialismo, el de los movimientos obreros y el del sufragio universal. El capitalismo se consolidó con la llamada Segunda Revolución Industrial. También surgen el materialismo científico y el comunismo, así como el nihilismo y el nazismo.

Es frecuente hablar de una Segunda Revolución Industrial localizada por algunos en el periodo que va de 1889 a 1914. Es un periodo en el que hay una gran explosión industrial alrededor de la electricidad, el motor de explosión, la telefonía y, a partir del siglo XX, de la aviación y el transporte aéreo. La Primera Revolución Industrial, giró en gran manera alrededor de la maquina de vapor, del ferrocarril, de la industria textil y de la industria de la máquina herramienta.

La ciencia se constituye como profesión, en la que se usa por primera vez el término "científico" de la mano de William Whewell (1794-1866), teólogo, filósofo y científico británico, que hacia 1933 sugirió dicho término para designar a los que hasta entonces se llamaban filósofos naturales.

Por lo que tiene que ver con inventos, grandes y pequeños, del siglo XIX:

  • Locomotora de ferrocarril avanzada: 1804
  • Fotografía: 1816
  • Telégrafo:1836
  • Anestesia: 1846
  • Lámpara incandescente: 1854
  • Primeros intentos del teléfono: 1854
  • Margarina: 1860
  • Dirigible: 1863
  • Termómetro Clínico: 1866
  • El teléfono: 1876
  • Fonógrafo: 1878
  • Pastilla de jabón: 1884
  • Coca-cola: 1886
  • Primeros intentos de volar: 1890
  • Se inventa el sensor de temperatura de resistencia de platino
  • Lente de Fresnel
  • El método de la pasteurización de Louis Pasteur
  • La aspirina

viernes, 7 de febrero de 2014

Padre Feijoo

Nació en el seno de una familia hidalga del muy antiguo linaje de Feijo, en el pazo de Casdemiro, parroquía de Santa María de Melias, a las riberas del río Miño y un poco más abajo de su unión con su afluente, el Sil. Sus padres fueron Don Antonio Feijoo Montenegro y Sanjurjo y Doña María de Puga Sandoval Novoa y Feijoo. Cursó sus estudios primarios en el Real Colegio de San Esteban de Rivas de Sil. En 1688, a los catorce años, ingresó en la Orden Benedictina en el monasterio de San Julián de Samos, cuando era su abad fray Anselmo de la Peña, quien sería despues general de su congregación en España y Arzobispo de Otranto (Reino de Nápoles).
 
Convertirse en monje benedictino le supuso voto de pobreza y, por tanto, renunciar a sus derechos como mayorazgo de su casa. Desde entonces se consagró al estudio, llegando a ser nombrado "maestro general" en su orden, y dio clases en distintos lugares de Galicia, de León y de Salamanca, en cuya Universidad estudió también. Ganó por oposición una cátedra de Teología en la Universidad de Oviedo y allí residió desde 1709 hasta el fin de sus días, consagrado al estudio, a la enseñanza, a la composición y defensa de sus obras (que levantaron gran polvareda en cuanto a detractores y seguidores desde que en 1726 salió el primer tomo de su Teatro Crítico) y a sostener un caudaloso epistolario, bien con otros eruditos y científicos de su propia orden, como fray Martín Sarmiento, o con sabios y escritores de toda España, Europa y América. Sus obras principales, el Teatro crítico universal y las Cartas eruditas y curiosas, fueron probablemente las obras más impresas y leídas en la España del siglo XVIII, de suerte que bien pudo desechar todo argumento de autoridady proclamar con orgullo:
«Yo, ciudadano libre de la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón».1
En los últimos años de su vida fue atacado por la sordera y una extrema debilidad en las piernas obligaba a traerlo a los oficios del coro en silla de ruedas; falleció en sucolegio de San Vicente de Oviedo el 26 de septiembre de 1764, a los ochenta y siete años, once meses y dieciocho días, y está enterrado en la iglesia de Santa María de la Corte (Oviedo).
La Sociedad Económica de Sevilla lo incluyó entre sus socios numerarios; Fernando VI le dio el título de consejero real en prenda de su estima y Carlos III le regaló por la misma razón un ejemplar de Las antigüedades de Herculano. El papa Benedicto XIV y el cardenal Quirini hicieron de él grandes elogios y fue por muchos escritores y sabios respetado y agasajado.
Se considera a Feijoo el introductor del género ensayístico en la literatura española, así como uno de los más famosos miembros (junto con Mayans) de la que es considerada la Primera Ilustración Española (desde 1737 hasta poco después de la muerte de Fernando VI), tras una primera etapa de pre-ilustración representada por los novatores: un grupo constituido fundamentalmente por médicos y cuyas obras se reimprimieron sin pausa a lo largo de todo el siglo XVIII.